En la olla colocamos la lavanda o el espliego y dos litros de agua. En otro recipiente que se coloca encima, se vierte agua fría que hay que ir renovando constantemente. El agua de la olla al calentarse recoge las esencias de las plantas y ese vapor de agua al contacto con el agua fría del recipiente superior se condensa y se vierte por el tubo en forma líquida a un vaso. Por un proceso de decantación de líquidos no micibles por densidad, se obtiene la esencia.
